¿Por qué sólo recomendar libros en la asignatura de Lengua?


Esa es la pregunta ¿por qué las lecturas han de estar limitadas a la asignatura de Lengua o Inglés, o en el caso de Galicia, además a la asignatura de Lingua? ¿Si queremos fomentar el gusto por la lectura no sería preferible que en todas las materias se recomendasen libros? Porque existen historias apasionantes en las que la Naturaleza, la Física o las Matemáticas tiene su protagonismo y se pueden repasar los contenidos en ellas. Es decir ,limitamos la lectura a unas pocas materias de humanidades, porque en Historia todo se soluciona poniendo una película, cuando hay muy buena literatura, tanto novelas como artículos de revistas especializadas. Vamos a intentar el emplear nuestra grandísima influencia en la comunidad educativa mundial para intentar introducir un nuevo debate. Naturalmente es broma, lo de la grandísima influencia, claro.

Hace unos meses he descubierto un libro que pone la química al alcance de la mano a aquellos que se sienten intimidados por las frías fórmulas de los libros; se llama Todo es cuestión de química y su autora es Deborah García Bello, licenciada en Química, profesora y divulgadora científica, que si una ilustrada del siglo XXI se tratase, siguiendo la estela de Jovellanos o de los primeros enciclopedistas pone a nuestra disposición su amplísimo conocimiento en el campo de la química de una manera muy sencilla y didáctica.

En cuanto a los capítulos, bien pueden corresponderse con los mismos de un libro de texto de bachillerato; desde los átomos hasta las reacciones de oxidación-reducción. Pero la innovación de este libro se encuentra en la manera de afrontar los temas. No se limita a la explicación teórica de los temas, sino que la enriquece con numerosos datos de su vida personal en los que la química estuvo presente, de datos históricos, porque para llegar a esa fórmula hay un recorrido de cientos de años o de aplicaciones actuales, puesto que en lo que comemos hay mucho de química.

Nos enseña a ser críticos con la publicidad cuando se ofrece un producto con o sin determinados elementos, que se venden como algo sanísimo, como los productos sin lactosa, que estando destinados a un determinado público, a los alérgicos a la misma, se comercializa para todo el mundo. Nos conecta con el arte, descubriéndonos la química existente en la obtención de los colores y constantemente nos aporta curiosidades que incluso tienen relación con el mundo de las letras, como las etimologías de los elementos a la vez que demuestra que a través de la química se puede llegar a conocer el mundo.

Acerca de lasletrasmolan

Soy licenciado en Filología hispánica y profesor de asignaturas de letras: Lengua castellana, Lingua galega, Latín, Historia, Filosofía, Técnicas de expresión escrita, Francés. Tengo experiencia docente en colegios, academias y a domicilio. Ofrezco una visión lúdica de las materias de letras, sin olvidar la base teórica y teniendo muy en cuenta las dificultades del alumno a la hora de afrontar sus estudios. Querido profesor: también cuento contigo y tal vez en algún momento te sientas identificado con alguna de las situaciones aquí expuestas. Queridos padres: sin vosotros esta página no sería posible. Si quieres clases u organizar talleres de escritura o de lectura en Coruña ciudad, no dudes en escribirme o llamarme. También doy clases por Skype (usuario: lasletrasmolan), tanto a personas de la propia ciudad como de otros lugares de Galicia, del resto de España y otros países. Puedes llamarme, enviarme mensaje de WhatsApp o Telegram al 628693668 o escribirme a lasletrasmolan@hotmail.es
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5 respuestas a ¿Por qué sólo recomendar libros en la asignatura de Lengua?

  1. loperbn dijo:

    Muy acertadas tus palabras.
    Como ingeniero he de reconocer que yo no entendía a mis compañeros de ESO cuando se quejaban de que se les hacía leer libros y ya en bachillerato cuando argumentaban que ellos estaban cursando una rama científica. Yo por mi parte disfrutaba con todas y cada una de las lecturas, con “Fuenteovejuna”, “El lazarillo de Tormes”, “Crónica de una muerte anunciada”, el teatro de Lorca, las antologías poéticas…
    A lo largo de todos los años de ESO y bachillerato sólo tuve un profesor de una asignatura científica, de física en concreto, que incluyó la lectura de un libro en el curso. El libro fue “Momentos estelares de la ciencia”, de Isaac Asimov, corto y muy ameno, pero que explica cómo se ha ido desarrollando la ciencia a lo largo de toda la Historia hasta el momento en el que vivió el autor, exponiendo los descubrimientos y científicos más relevantes. Más recientemente he encontrado también un libro sobre química llamado “Caveman Chemistry”, de Kevin M. Dunn. Está sólo en inglés, pero expone los principios elementales de Química de forma muy original, recurriendo para la narración a alter egos del autor que toman la forma de los cuatro elementos de la Naturaleza de la Antigüedad. A su vez, al final de cada capítulo se explica el procedimiento para la realización de un experimento sencillo en el que se desarrollan los conceptos expuestos en el capítulo, cosa que también es algo de lo que se carece al cursar ESO y bachillerato, donde lo visto en clase termina siendo algo abstracto que sólo toma la forma de ejercicios que luego van a estar en el examen.
    Por último, también (aunque supongo que esto estaría orientado más hacia bachillerato) consideraría necesaria la familiarización con la literatura científica, con las formas que toma, con las obras más importantes y sus consecuencias, casi de la misma forma que se hacen análisis de textos en Filosofía. Un ejemplo que me gusta mencionar es el artículo “Synthesis of the Elements in Stars” de 1957, llamado también B2FH debido a sus autores. Se trata de un artículo científico publicado en una revista en el que a través de datos experimentales y observacionales se expone una de teoría sobrecogedora y preciosa: los átomos que forman la materia que nos rodea, y por ende nuestros propios cuerpos, se han forjado en las estrellas.
    Personalmente, pensar que puedes tener en tus manos el saber y las palabras transmitidas durante siglos e incluso milenios me produce una sensación simplemente indescriptible.
    Siento la extensión, se ha alargado más de lo que quería, pero últimamente yo también he reflexionado un poco sobre este tema y he querido aportar mi granito de arena.

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  2. ThomasElliot dijo:

    En la misma linea, pero para repasar conocimientos de Fisica hay un libro llamado «La Fisica de los Superheroes» de James Kakalios (profesor en la universidad de Minnesota) que repasa con la ayuda de los comics desde la gravedad y las fuerzas de Newton a la teoria cuantica.

    (en linea con el comentario anterior, disculpad la falta de tildes, escribo en un teclado americano y ellos de eso no usan)

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    • Estimado Thomas.
      Muchísimas gracias por tu comentario, que por lo que das a entender escribes desde Estados Unidos, con lo cual me alegra enormemente llegar tan lejos. Igualmente agradezco la referencia del libro, ya que ayuda a completar la entrada y aportas nuevas alternativas a los profesores.

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  3. Miraboires dijo:

    A mi hijo le encanta «La cuchara menguante» sobre anécdotas de los elementos de la tabla periódica.

    Estoy completamente de acuerdo contigo. Con la cantidad de libros y artículos interesantes, los profesores siguen prefiriendo los insulsos libros de texto.
    Por otro lado, siempre me ha parecido un error que las faltas ortográficas sólo cuenten el los exámenes de lengua, como si escribir bien y claro no fuera más que importante en textos científicos, históricos, etc.
    http://miraboires.blogspot.com.es/2013/01/qui-ens-ensenya-escriure-be.html

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    • Muchas gracias por tu comentario.
      Es que siempre asociamos lectura con asignaturas de idiomas; en lengua castellana, inglés, o en el caso de Galicia lingua galega como si en otras disciplinas del saber no se escribiese nada. Hace unos años tuve la ocasión de conocer a una profesora universitaria de la facultad de Biología que insistía mucho a los alumnos que se fijasen muy bien en los enunciados de los problemas; cuando ellos alegaban que no eran de letras ella respondía «de letras somos todos», lógico, porque cualquier intercambio de información científica termina fundamentándose en la lectura de la misma.

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